miércoles, 2 de noviembre de 2011

Guía michelín (especial Oxford)

Oxford es una ciudad pequeñita, pero muy bonita y con mucha vida. Si vienes a este país hay que ir a visitarla, y aunque en un día se puede ver lo principal, pasar un fin de semana en Oxford es la mar de recomendable.

Si añadimos que, para lo pequeñita que es, en esta ciudad hay un montón de restaurantes, la recomendación es doble.

Este post es un monográfico de los restaurantes de Oxford en los que hemos estado, que son alguno que otro, y de lo más variado.

Hay varias zonas de Oxford en las que la densidad de garitos aumenta espectacularmente. Una de ellas es Cowley Road, que es una calle llena de bares y restaurantes. Allí está Aziz, que es un restaurante de comida india y bangladeshí.



Hemos ido un par de veces, y además de que el garito es muy majo, la comida está la mar de rica. Además, hay un camarero griego muy simpático, que habla italiano, y con el que mantuve una amena conversación sobre Mourinho (en mi fluido italiano, para desesperación de mi santa esposa).

En la zona centro de la ciudad también hay un montón de restaurantes. Especialmente en George Street, aunque bastantes son "de cadena". Uno de ellos (es de cadena, pero se supone que de las buenas) es Jamie's Italian.



El dueño es Jamie Oliver, que es un cocinero super famoso de aquí. Por lo que parece, el tío está montado en el dólar, hace programas de TV que se ven en todo el mundo, como en Canal Cocina. Vamos, una especie de Arguiñano, pero sin cantar "el conejo de la Loles", lo que a todas luces le quita encanto.

Para estas Navidades ha publicado un libro sobre la cocina británica ("Más de 130 razones para amar nuestra comida"). Resulta curioso, sobretodo porque se ve que en tiempos ponía a parir la comida inglesa. Un crack.

Pues bien, el tal Jamie es un apasionado de la puñetera cocina italiana, y como no es tonto, ha abierto un montón de restaurantes italianos por todo el país. Y un día nos fuimos a cenar al de Oxford, a ver qué tal.



El garito está decorado muy majo, la verdad. De primero nos pedimos un antipasti a compartir, que llevaba una combinación de cosas un poco esotérica: una bolita de mozzarella y un trocito de otro queso, unas verduras a la brasa y un platito con zanahoria y remolacha ralladas (?).



Te lo sirven sobre una tabla de madera apoyada en dos botes de tomate en conserva italiano, todo muy rústico y tal ... pero es una bola de mozzarella, un cacho queso, unas verduras a la brasa y zanahoria rallada de bote. Hay que joderse con la cucina italiana.

De segundo me pedí un "seafood risotto", es decir, arroz a la marinera, por así decirlo. En el momento de verlo pensé que sería lo más parecido a una paella que me comería estando en este santo país:



Pero que si quieres arroz Catalina. Llevaba chile. Supongo que por influencia de la cantidad enorme de immigración asiática, los ingleses han desarrollado un gusto que no veas por la comida picante. Vamos, que podía ser arroz con pescado, o con pollo, o con verdura, o con porexpán, daba igual. En fin.

Mi santa esposa se pidió unos "prawn linguine", es decir, pasta con gambas, y hay que decir que estaban bastante ricos.



Otro restaurante que hay en el centro, concretamente en High Street, es Shezan.



Es un restaurante indio (uno más, aquí das una patada a una piedra y salen tres restaurantes indios). Fuimos un domingo a comer, y estábamos solos. El garito es muy majo, pero debe ser especialmente popular a la hora de la cena. La comida picaba que no veas, una pasada. El camarero era indio, pero se llamaba Antonio Pereira, o algo así. Nos estuvo contando que es de la zona de Goa, que tuvo mucha influencia portuguesa en la época en la que los compatriotas de CR7 iban por el mundo y nadie les cantaba lo de "ese portugués, hijo... es". Muy simpático el chico (el camarero, no CR7), pero joder cómo picaba la comida.

En St Aldates Street hay un restaurante chino pero de los majos, nada de Gran Muralla, Dragón Rojo, Familia Feliz ni nada por el estilo. Se llama Shangai 30s.



Nos pedimos dos platos a compartir: unos fideos crujientes con pollo, que estaban la mar de ricos:


Y un arroz con gambas:



¿Dónde está Wally, digo el arroz? Pues está debajo de esa capa, que no es otra cosa que huevo; es como si taparas el arroz con una tortilla muy fina. Estaba la mar de rico, muy muy recomendable.

Y de China, a Japón. Cerca de Broad Street está Edamame, que es uno de los pocos restaurantes japoneses de Oxford.



Es un restaurante japonés inusual, al menos para lo que yo estoy acostumbrado a ver. Por lo pronto, solamente tienen sushi una vez a la semana, los jueves. Nosotros fuimos en domingo, así que probamos otras cosas. El garito es pequeñajo y la mar de normal, pero se montan unas colas en la puerta que no veas. No tendrán más de 6 ó 7 mesas, y se comparten con otros comensales, es un rollo bastante distinto a lo que estamos acostumbrados. Pero está bien, y la comida es rica.

Bastante cerca del Edamame está la Turf Tavern, que es un pub del ¡siglo XIII! En Oxford, todo tiene mucha historia, hasta los pubs. Aquí fuimos a comer en domingo, y me pedí el típico Sunday roast (o "rostit de domingo"), que es esto:



Yo me lo pedí de pavo, también lo hacen de cerdo o de ternera. Básicamente es pavo asado cortado en lonchas, con verduras, patatas, pudding de Yorkshire (que es esa especie de panecillo que hay en la parte de arriba, y que no es más que una pasta, sin relleno) y salsa gravy, que es una salsa que suelen echar a los platos de carne. También llevaba un vasito con salsa de arándanos. Recomendable, la verdad.

Y nos vamos del centro de la ciudad al barrio de Jericho, que es donde vive mi santa esposa. Este barrio tiene mucha vida, y hay mogollón de garitos para cenar y tomar algo.

Por ejemplo, el Pierre Victoire, que es un restaurante francés la mar de majo donde se come bastante bien. Es pequeñito, así que conviene reservar.



Allí cerca, en Walton Street, está Loch Fyne. Es un restaurante especializado en pescados, y pertenece a una cadena (curiosamente, no tienen ningún restaurante en Londres). Es recomendable, sobretodo porque tienen más variedad de pescados (¡sin rebozar!) que en la mayoría de sitios.



Aunque no lo rebocen, tienen la maldita manía de acompañar al pescado con salsa de mantequilla, pero bueno. Nos pedimos una lubina con gambas y un "seafood selection", que era un plato variado de pescado que llevaba gamba (en singular), vieira (también en singular), un trocito de lubina y otro de salmón. Afortunadamente, lo sirvieron en plato hondo, con lo que la salsa de mantequilla se quedó al fondo y no lo impregnó todo.




En la misma Walton Street hay bastantes restaurantes más, como Jude the Obscure, que es un pub donde comimos unas hamburguesas muy ricas, o Mamma Mia, que como el nombre indica es una pizzería que no está nada mal.

Para terminar, debo decir que lo mejor que he comido en Oxford es la paella que nuestro amigo Lorenzo nos preparó en su casa:



Dios, se me saltaban las lágrimas ... Es con cosas como estas con las que uno se da cuenta del tiempo que lleva fuera de casa ...

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