La llaman la "city of spires", o ciudad de las agujas, porque hay un montón (pero montón montón) de edificios de estilo gótico terminados en agujas.
Una de las calles más comerciales es High Street. En ella se encuentra el mercado cubierto, del que ya he hablado en otro post.
En este país el tema de los dulces es casi una religión (así de hermos@s están algunos). Si no, mirad este pedazo de cuadro que había en el escaparate de una tienda de golosinas (está hecho a base de caramelos).
En la misma calle está la Saint Mary's Cathedral:
Es más bonita por fuera que por dentro, pero las vidrieras son muy chulas, y te puedes acercar a un palmo de ellas:
Otra cosa agradable que tiene Oxford es que está cruzada por varios canales (no en vano allí el remo es el deporte rey).
Una de las zonas más monumentales está situada en un extremo de Broad Street. En ella se concentran algunos de los edificios más emblemáticos de la universidad, como la Radcliffe Camera, que es una biblioteca:
En esa misma zona están el Sheldonian Theatre y el museo de historia de la ciencia:
O esta especie de recreación del puente de los suspiros de Venecia:
Mires donde mires, los edificios son preciosos:
Allí mismo está la Bodleian Library, que es una de las bibliotecas más antiguas de la ciudad. Cómo no, pertenece a la universidad:
En la esquina de Beaumont Street, justo delante del museo Ashmolean, está el Randolph's, que es un hotelazo (aparte de ser un edificio la mar de chulo):
Y en la esquina entre Queen Street y Cornmarket Street está este reloj, al que no he visto tocar las horas pero me dijeron que las toca:
Para otro día me guardo la visita a los "colleges" de la universidad, que merecen capítulo aparte ...
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