martes, 1 de noviembre de 2011

El hombre contra la bestia

A lo largo de los siglos, la Historia ha sido testigo de grandes enfrentamientos: David contra Goliat, Nadal contra Federer, moros contra cristianos, Falete contra Caballito de Mar ...

El sábado pasado se dio en Oxford otro de estos cruentos enfrentamientos que marcan el devenir de la Historia: el menda contra ... ¡la barrita de Mars frita!

Sí amigos, después de varios meses en este bonito país, llegó el momento de enfrentarme a una de las cumbres de la british cuisine. Un duelo a muerte: o la barrita de Mars o yo. Sólo podía quedar uno. Y como, que se sepa, las barritas de Mars no saben teclear, os podéis imaginar quién fue el vencedor.

Quiso el azar que, después de buscar infructuosamente a lo largo y ancho de este país, el único fish'n'chips en que encontré que freían barritas de Mars estaba en Oxford, a unos pocos pasos de la casa de mi santa esposa. Se llama Posh Fish!

La barrita acudió a la cita con sus mejores galas:



Con sumo cuidado la saqué de su bolsa, momento en el que pude percibir ese delicioso aroma a pescado frito que destilaba. Pero eso no fue suficiente para arredrarme. Sin más dilación, la coloqué sobre el plato reglamentario, y me dispuse a atacar.



Inicié mi ataque con un mandoble que seccionó transversalmente a mi archienemiga, lo que reveló su interior:



Ahí estaba, entre dos crujientes capas de pestilente y aceitoso rebozado, en sucesivos niveles: chocolate, galleta, caramelo y chocolate otra vez.

Y que queréis que os diga ... ¡el Mars está mejor frito que "crudo"! ¡Gran invento! Eso sí, perfecto para morir joven y dejar un seboso cadáver ... Una y no más.

Consciente de la trascendencia del momento, quise dejar evidencias gráficas del instante culminante en que se consumó mi victoria:



Y ... ¡ñam!

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