Aunque el día salió lluvioso, con semejante desayuno se nos levantó el ánimo y salimos a visitar Bath. Otra ciudad muuuy recomendable.
Es una ciudad pequeña, pero con mucha vida. Hay un montón de restaurantes, bares y cafeterías. Otra de las cosas que me gustó es que está rodeada de naturaleza por todas partes. Mires donde mires, puedes ver un bosque o un monte más o menos cerca. Además, los parques de la ciudad son una pasada.
Entramos a visitar la abadía:
Bath es la única ciudad termal de Gran Bretaña (creo); de hecho, Bath significa "baño", en inglés. Y la mayor atracción turística de la ciudad son los baños romanos. No obstante, decidimos que, viniendo de donde venimos, no íbamos a ver ruinas romanas mejores de las que ya hayamos visto (las 12 libras y pico que costaba cada entrada también ayudaron a la decisión), con lo que dedicamos el resto de la mañana a callejear. Nos gustó el ambiente de la ciudad en general, la estética de los edificios ... no sé, Bath parece un lugar agradable para vivir.
Sobre la hora de comer, nos pusimos en marcha. Nos esperaba una paliza de coche hasta Escocia (a estas alturas del viaje ya habíamos descartado entrar en Gales).
Tras tragarnos 600 km de autopista como unos campeones, llegamos por fin a Escocia. Elegimos pasar la noche en Motherwell, que es una ciudad que queda más o menos a medio camino entre Glasgow y Edimburgo.
Como decía en un post anterior, íbamos reservando los hoteles sobre la marcha. Consultábamos las opiniones en tripadvisor.co.uk, reservábamos en booking.com y con Google Maps nos hacíamos la ruta hasta el hotel. Normalmente, estas rutas eran muy acertadas, y siguiéndolas llegábamos al hotel sin ningún problema.
Pero en el caso de Motherwell, no. La ruta de Google Maps hablaba de rotondas que no existían, y nos enviaba en direcciones que no sabíamos dónde encontrar. Después de un buen rato de dar vueltas, y siguiendo las sabias recomendaciones de mi santa esposa, decidimos preguntar a una señora que paseaba a sus dos perros si nos podía indicar el camino hacia el Old Mill Hotel.
No era una señora. Era un ángel. Y sus dos perros, dos querubines. Con su acento escocés (tela marinera lo que cuesta entenderles), nos dijo que el camino era complicado, que la única forma de hacernos llegar era montarse en el coche con nosotros e irnos indicando el camino sobre la marcha. Así de lejos estábamos del hotel.
Como no tenía pinta de asesina en serie y los dos perros eran más bien canijos, nos miramos y le dijimos que subiera al coche. Y para allá que nos fuimos. Y suerte de la buena mujer, porque no hubiésemos llegado en la vida, menudo camino enrevesado. Aquí patinaste, Google Maps, pero te lo perdono.
Por el camino le pregunté si conocía el hotel, a lo que contestó "Sí, estuve cenando una vez, hace 20 años". Semejante respuesta sólo podía significar que íbamos a alojarnos en un tugurio del quince. Pero bueno, una noche se pasa en cualquier lado.
Una vez en el sitio, nos despedimos de la buena señora y nos dirijimos a la recepción.
El hotel es un antiguo molino ("old mill" significa molino viejo). Está en una zona boscosa, al lado de un río. Tiene toda la pinta de ser uno de esos sitios que debió estar muy bien hace mucho tiempo, pero que ha caído en las manos de unos dueños que no se han molestado en mantener el hotel en condiciones. Creo que en todo el hotel había 3 habitaciones ocupadas. Dentro de la habitación daba igual, pero ir por los pasillos daba miedito.
Si Stanley Kubrick aún viviese y quisiera filmar "El Resplandor 2", sólo tendría que preocuparse por negociar el sueldo de Jack Nicholson, porque lo del plató lo tiene resuelto: el Old Mill Hotel de Motherwell. Menudo antro.
Lo curioso es que dormimos la mar de bien. La cama era super cómoda y el rumor del río, una banda sonora muy relajante. A lo mejor los 600 km de autopista que nos habíamos metido entre pecho y espalda también ayudaron a que durmiésemos a pierna suelta. Por lo demás, nadie intentó reventar la puerta de la habitación con un hacha ...

3 comentarios:
Jo també vaig tenir molt bon feeling a Bath, sembla mentida... em va recordar una mica a Girona. Però jo sí que vaig entrar als banys romans! I la veritat és que estan que t'hi cagues de ben conservats, però no t'hi deixen posar els peus... llàstima.
Abrassus,
Rous.
Oye... cómo volvió vuestro Angel de la Guarda y sus perrillos a su casa??????
Pues insistimos en llevarla a su casa, o acercarla al menos, pero no quiso, nos decía que nos costaría encontrar de nuevo el camino (y era verdad, era muy complicado). Decía que no le importaba volver a patita, que así cansaba a los perros. Un solete de señora!
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