viernes, 2 de septiembre de 2011

Ruta por UK (2): Brighton, embrague y vuelta a empezar

Nuestra ruta por la Gran Bretaña comenzó en el aeropuerto de Heathrow, al oeste de Londres. El motivo es que yo no me meto en coche por esta ciudad ni jarto vino. De ahí lo de ir en metro hasta el aeropuerto y recoger allí el coche de alquiler que habíamos reservado por Internet.

El coche que nos dieron era un Volkswagen Polo de color negro, muy majete y nuevo él. Volante a la derecha (mal si no) y cambio manual.

Estos coches de ahora traen de todo. Este en concreto tenía, en el tablero, un indicador de la marcha a la que ibas, y con una flecha te indicaba si debías subir o bajar de marcha. Mira qué majo, pensé.

La cuestión es que el coche tenía menos fuerza que el gancho de izquierda de Benedicto XVI. La primera no tiraba nada, y a 40 km/h te pedía que le metieras quinta. Era raro, pero como cada coche es de su padre y de su madre, no le dimos más importancia. Craso error.

Así que enfilamos la autopista para el sur, destino Brighton, una hora y poco de camino, sin problemas.

Esta ciudad es un centro de veraneo típico para los ingleses. En tiempos debió ser lo más de lo más, ahora igual les sale más barato irse a Mallorca. Hay algunos hoteles en el paseo marítimo que parecen recordar que en otros tiempos Brighton debió ser un sitio de postín:



Eso sí, a ver quién es el valiente que se tumba en esta playa:



Una de las atracciones turísticas de la ciudad es el Brighton Pier (muelle de Brighton):





Todo el muelle es un gran parque de atracciones, con un montón de restaurantes y sitios para tomar algo. Todo un poco añejo, pero había mucho ambiente y tenía su encanto.





Nos encontramos a un viejo amigo ...



Y hablando de tomar algo, Brighton fue el primer lugar donde vimos ...



Como decía en un post anterior, Londres es territorio de pollo frito. Por lo que nos ha parecido durante este viaje, en el sur de Inglaterra predomina la patata asada ("jacket potatoe" significa, literalmente, patata con chaqueta, y es que es la patata con piel asada). En el norte, el "fish & chips" cobra más protagonismo. Sin duda, este es un dato muy relevante que no puedo dejar de compartir con todos vosotros.

Otro punto de interés en Brighton es el Royal Pavilion, que es un palacio que parece estar fuera de lugar. ¿Que por qué? Pues porque tiene este aspecto:





Era como volver a estar en la India, pero en pleno sur de Inglaterra. Lo construyó el rey Jorge IV alrededor de 1800, como residencia real (de verano, imagino). Tiene sus jardines y se puede visitar por dentro, cosa que no hicimos, pues nos esperaban un par de horas de carretera hasta Salisbury, donde dormíamos aquella noche.

Y entonces empezó la fiesta. Nos costó Dios y ayuda sacar el coche del parking. No paraba de calarse, y el olor a embrague quemado era preocupante. No recorrimos ni dos kilómetros, los más largos de mi vida. Como no podíamos continuar de esa forma, nos paramos donde pudimos y llamamos al número de ayuda en carretera de la agencia de alquiler de coches.

Estuvimos esperando un par de horas hasta que llegó el RAC y nos dijo que con aquel coche no íbamos a ninguna parte. Desde la agencia de alquiler nos dijeron que la única forma de darnos un nuevo coche era volviendo a Heathrow, y para allá que volvimos, montados en la furgoneta que remolcaba nuestro maldito Polo.

El hombre del RAC resultó ser un tío la mar de majo. Se llamaba Dave, y nos estuvo contando su vida. Su padre había sido jugador de fútbol profesional en el Crystal Palace, un equipo histórico de Londres que ahora está en horas bajas (está en 2ª división). La charla con él fue de lo mejor del día, la verdad.

Al llegar a Heathrow, empezamos a discutir con los del alquiler, pues nos culpaban de haber jodido el coche, diciéndonos que tendríamos que pagar la reparación. En fin, para qué contar malos rollos. De momento no ha pasado nada, ya veremos más adelante. Fue un rato malo, malo. Al final decidimos pagar un extra y coger un coche con cambio automático, yo ya no me fiaba de nada.

En esta ocasión un Golf. En plan pijo, vamos. Así que a eso de las 22:30h, volvíamos a salir de Heathrow, ahora rumbo a Salisbury, donde teníamos noche reservada en el hotel Grasmere House.

Después de dar algún que otro rodeo (yo no soy Carlos Sainz conduciendo, pero mi santa esposa no es Luis Moya como copiloto), llegamos al hotel como Jose María García, al filo de la medianoche. Rendidos y cabreados, convencidos de que las vacaciones sólo podían ir a mejor.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Salisbury per a anar a Stonehenge? O Salisbury per propis mèrits...? No he acabat d'entendre el tema de l'embragatge: havies o no havies de fer cas del que et deia l'indicador, i el que és més important... li vas fer cas, o no??
Abrassus pels dos!!
Rous.

Marta dijo...

Vaya, lástima lo del coche.
Al fin una foto de una carta de patata asada!!!!